Se acaba el tiempo para un acuerdo entre el Mercosur y la UE
Las negociaciones se reanudarían a fines de enero en Bruselas. Ahora, la esperanza es concluir un acuerdo a fines del primer trimestre de 2018.
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Los intentos por concluir 18 años de negociaciones de un Acuerdo de Libre Comercio (TLC) entre el Mercosur (la unión aduanera compuesta por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y la Unión Europea antes del cierre de 2017 fracasó, a pesar de que ambos lados habían acordado esa fecha límite. Las autoridades dijeron que las negociaciones se retomarían a fines de enero en la capital de Bélgica, Bruselas, y la esperanza ahora es que el acuerdo se cierre antes de que termine el primer trimestre.
La UE es el socio comercial más importante del Mercosur, representando cerca de un 20% del comercio total del bloque por volumen. Visto desde Bruselas, el Mercosur es relativamente menos importante, representando cerca de un 2,5% del comercio anual total de la UE. Pero la UE también es el mayor exportador de servicios comerciales al Mercosur, y el mayor inversionista extranjero en la región, con activos locales que suman 387 mil millones de euros (US$ 450 mil millones) en 2000-2014.
Puntos de fricción
El progreso hacia un TLC se ha visto obstaculizado por las posiciones proteccionistas de los gobiernos de centroizquierda en Brasil y Argentina. Ahora, el péndulo político ha cambiado, con gobiernos de centroderecha en todo el Mercosur, excepto Uruguay, cuyo gobierno de izquierda moderada es amigable con el mercado.
El presidente argentino, Mauricio Macri, ansioso por cerrar el TLC, ha descrito al Mercosur como uno de los bloques más “aislados y proteccionistas del mundo”, y está empeñado en abrirlo al comercio e inversión internacional. El actual liderazgo del Mercosur concuerda en la necesidad de liberalizar el comercio con Europa, aunque se preocupa por el impacto de los rápidos recortes arancelarios en la industria y empleo locales. Pero ahora son algunos miembros de la UE, como Francia, Irlanda y Polonia, los que están reacios a abrir sus mercados a los competitivos precios de los productos agrícolas del Mercosur.
Otro problema es el tratamiento de los envíos de carne y metanol del Mercosur. La UE propone un sistema de cuotas arancelarias, bajo las cuales se aplicarían aranceles reducidos en las exportaciones de hasta 70 mil toneladas de carne y 600 mil toneladas de etanol al año. El Mercosur quiere mayores cuotas arancelarias, pues anteriormente, la UE había ofrecido una cuota de 100 mil toneladas para la carne. La UE respondió que una cuota menor es más apropiada, y refleja el hecho de que el mercado se ha reducido: los europeos ahora comen menos carne. La UE, en tanto, busca que el Mercosur baje sus aranceles en productos industriales.
¿Se acaba el tiempo?
Brasil tendrá elecciones presidenciales en octubre. El resultado sigue siendo incierto y no es imposible que el próximo gobierno tome un giro nacionalista y proteccionista, bloqueando una vez más el acuerdo. Paraguay también tendrá elecciones en abril. El presidente, Horacio Cartes, dice que quiere lograr un acuerdo a mediados de 2018.
No descartamos la posibilidad de que se firme un acuerdo para entonces. Sin embargo, dada la estrecha ventana de oportunidad para sellar un pacto y los continuos desacuerdos en áreas clave, nuestro pronóstico no incorpora actualmente el impacto de un TLC entre la UE y el Mercosur.